Amigas De Lo Eterno
La Anciana Ancestra
REFLEXIONES
3/12/20242 min leer
Buenos Días Querida,
Estar perdida es parte del proceso, de hecho es una bendición. Cuando tu hogar está en otra dimensión, donde no hay ni palabras, ni emociones, solo luces, amor y canciones ancestrales.
Hay momentos en los que estás fuera, con la manada, cazando sueños. Y hay momentos en los que estás en la cueva, contigo, tejiéndolos. Pero ambos momentos son igual de potentes. No trates de rechazar la tristeza o la confusión, porque son maestras. Todo lo que te da miedo, es la otra cara de la moneda del gran sueño de tu alma.
¿Te asusta la vida de miradas perdidas, apariencias y encuentros vacíos? Quizá no sabes qué es lo que quieres aportar al mundo, ahora que eres libre de volar? Pues que maravilla… porque eso significa que estás a punto de romper con todo lo que te sigue aprisionando. Y, ¿después? Después de la caída de la torre llega el claro. Fuera de los muros que te mantenían oculta en tu zona de comfort, ves el cielo por primera vez, e incrédula te dejas observar por las estrellas. Y comienza. Tu gran período de enamoramiento: Tu gran historia de amor. Enamorarte de ti misma ahora que puedes conocerte de verdad. Descubrir tus verdaderas pasiones, tu verdadera voz. Empiezas a quedar contigo, te haces preguntas sobre lo que te gusta y lo que no, te preparas citas, te haces bromas, te seduces. Pruebas cosas nuevas, exploras, descubres. Todo es nuevo porque es la primera vez que lo vives libre.
Tu ego ha soltado todo lo que no os pertenecía y ahora tienes un hueco listo para ser llenado. Cuidado, mientras esperas, la mente quiere colarse porque es ella la que quiere llenarlo de significado, con dudas, con inseguridades o con apatía. Pero el universo está detrás, sonriendo con picardía, esperando el momento justo para llenarte de sueños sagrados.
A tus guías, les gusta que tu espíritu tenga hambre, porque así los llamas con más fuerza, y ellos pueden acudir.
Cada día es una vida diferente. No tenemos que aplicar los saberes de ayer, con las situaciones de hoy. Cada noche entregamos lo que hemos vivido, para volver a comenzar al día siguiente. Al despertarnos, estiramos el cuerpo, nos acariciamos y abrazamos, emitimos algún ruidito animal que nos saque una sonrisa, y entonces, nos preguntamos: En este momento, ¿qué necesito?
Y desde la anciana ancestra que llevamos dentro, sonreímos (porque sabemos) y le cantamos dulcemente a nuestra niña interior: “tranquila pequeña, pronto saldremos al patio a jugar. Mientras, caminemos juntas”.
Y a nuestra adulta interna, la que opera, organiza, lucha y protege, le susurramos: “eh, y tú, oh implacable guerrera, tranquila mi hija, no te cargues con el peso del mundo. En este momento solo recuerda de dónde vienes y cuál es tu verdadera esencia”.
Mientras esta anciana nos coge de la mano, las tres caminamos plenas a través de la belleza. Entre milagros y sincronías avanzamos, y eso nos diferencia de los que duermen. Despertamos la conciencia no para ser más fuertes, sino para dejar de avanzar a través de obstáculos y trompicones, y comenzar a caminar libres entre sincronías que el universo orquesta para nosotras.
Que sea en el Cielo como en la Tierra, y en la Tierra como en el Cielo. Que quede tallada la ilusión de la separación en tu insignia de guerrera, y reines, hoy, desde la unidad verdadera que hay en ti.
Gracias por tu senda, y por los sueños que te hacen caminar.
Luz Infinita.